El baño sin barreras

¿Cómo se equipa un baño para discapacitados?

El cuarto de baño para personas con discapacidad es un espacio en el que todo el equipamiento debe planificarse cuidadosamente. Las personas con movilidad limitada o en rehabilitación deben prestar especial atención a su higiene personal, sobre todo en lo que respecta a permanecer sentadas o tumbadas durante mucho tiempo y la consiguiente posibilidad de desarrollar heridas, maceración cutánea o úlceras por presión. Por desgracia, esto no siempre es posible debido a las limitaciones de movilidad. El apoyo en estas situaciones lo proporcionan los medios auxiliares adecuados (ayudas y accesorios), que aumentan eficazmente la comodidad de uso del baño y el aseo para las personas confinadas.


Hoy en día existen en el mercado numerosos dispositivos auxiliares que ayudan a los pacientes o personas mayores en sus actividades cotidianas en el cuarto de baño, ya sea solos o con la ayuda de un asistente o rehabilitador. Se trata de una serie de accesorios para el cuarto de baño, como asientos y pasamanos, ayudas que facilitan el uso del inodoro y sillas de ruedas especiales adecuadas para el inodoro. Con estos artículos, el cuarto de baño puede adaptarse casi por completo a las necesidades de la persona discapacitada. Además, un cuarto de baño para discapacitados puede organizarse de forma que no interfiera con las necesidades de otras personas que utilicen el mismo espacio. Esto significa que el cuarto de baño para discapacitados no tiene que colocarse en una habitación separada, ya que los elementos innecesarios pueden simplemente plegarse u ocultarse.


Baño para discapacitados: ¿qué ayudas necesito?

El baño es una de las actividades más difíciles para las personas discapacitadas, ya sea en la ducha o en la bañera. Por ello, un cuarto de baño para discapacitados debe diseñarse de forma que facilite el baño tanto a la propia persona discapacitada como, en caso necesario, al cuidador del enfermo y/o anciano.


¿Qué accesorios deben incluirse?

El equipamiento básico de un cuarto de baño diseñado para discapacitados debe incluir barras de sujeción. Las hay de varias formas y tamaños, por lo que hay un modelo para cada persona. Los asideros del cuarto de baño suelen instalarse en la pared junto a la bañera o en el borde de ésta para facilitar la entrada y salida de la bañera o la cabina de ducha. Los asideros proporcionan un apoyo estable, ayudan a mantener el equilibrio y protegen contra las caídas. Por eso merece la pena considerar su instalación no sólo cuando se amuebla un cuarto de baño para discapacitados, sino también en relación con las necesidades de las personas mayores. Los asideros de baño tienen un diseño ergonómico y son lo bastante pequeños como para no molestar a otros usuarios de la bañera o la ducha; algunas versiones de este accesorio ofrecen incluso la posibilidad de inclinarse/plegarse. Los asideros pueden soportar cargas de hasta 120 kilogramos, lo que los hace adecuados para personas que padecen obesidad y, por tanto, no son totalmente funcionales.


El segundo tipo de dispositivos de asistencia que favorecen el baño independiente de una persona que necesita ayuda son los bancos de baño. Un cuarto de baño para discapacitados puede equiparse con este tipo de dispositivo de asistencia independientemente de si se trata de una ducha o una bañera. Para ambas formas de baño, los fabricantes han desarrollado tablas de baño adecuados para su uso en la bañera, taburetes de baño especiales y taburetes y asientos fijados directamente a la pared adecuados para su uso en la ducha. Las tablas de baño que se colocan en el borde de la bañera suelen ser de tres tipos. El más sencillo es una tabla voladiza con un asa que permite a una persona con movilidad limitada realizar las tareas de higiene de forma independiente. El segundo tipo es regulable en altura y permite al usuario sentarse en el asiento y al mismo tiempo sumergirse en el agua vertida en la bañera. El tercer tipo de asiento de baño es un asiento con respaldo que proporciona un apoyo adicional a la espalda. Por otra parte, un cuarto de baño con ducha para discapacitados puede equiparse con un asiento de ducha fijado firmemente a la pared o con taburetes y banquetas de ducha en los que el paciente puede sentarse mientras se baña. Estos taburetes son absolutamente seguros, ya que disponen de tapas antideslizantes que reducen el riesgo de caídas.

Aseos para discapacitados: ¿cómo facilitar su uso?

Otro problema en un cuarto de baño y aseo para discapacitados puede ser el uso independiente del inodoro. Al sentarse y levantarse del inodoro, intervienen sobre todo las articulaciones de las piernas (cadera, rodilla y tobillo), por lo que las personas con movilidad limitada pueden tener grandes dificultades. Por tanto, un inodoro para discapacitados debe estar adecuadamente elevado para que el usuario no tenga que forzar las articulaciones al utilizarlo. Para resolver este problema, se han desarrollado asientos especiales (con o sin tapa y con o sin reposabrazos). Gracias a sus componentes antideslizantes, no resbalan durante el uso y su altura (disponible de 6 a 17 centímetros) facilita levantarse y sentarse en el inodoro. Además, no están fijados permanentemente al asiento del inodoro, por lo que éste puede retirarse en cualquier momento para que el resto de la familia pueda utilizar el inodoro.


Un inodoro accesible para discapacitados, diseñado pensando en la intimidad del paciente, es un aspecto sumamente importante de la recuperación o rehabilitación, ya que el nivel de comodidad disminuye considerablemente cuando se utiliza el inodoro en presencia de una tercera persona (cuidador). Por ello, los asientos de inodoro para discapacitados son una solución ideal para las personas que desean mantener su independencia. Para las personas a las que les resulta muy difícil sentarse y levantarse, existen modelos con apoyabrazos integrados que favorecen aún más la independencia del paciente cuando va al baño.


Silla de ruedas cómoda para la ducha: ¿para quién es adecuada?

Además de accesorios útiles (accesorios para el inodoro, elevadores, asideros para minusválidos), un inodoro para minusválidos también puede equiparse con una ducha y una silla cómoda de ducha, algo esencial para ayudar a las personas con movilidad grave o completamente limitada.


Una silla cómoda de ducha también puede denominarse inodoro móvil para personas con discapacidad. Cada modelo tiene una abertura especial en el asiento que permite ir al baño sin bajarse de la silla de ruedas. Sin embargo, debajo del asiento hay un cubo higiénico, un recipiente que sirve como una especie de inodoro. La abertura puede cubrirse con una tapa, lo que aumenta considerablemente la discreción y oculta la finalidad de la silla de ducha.


Las sillas cómodas de ducha se fabrican en distintas variantes, para que todos los usuarios (o los cuidadores o encargados de un enfermo) puedan elegir con seguridad un modelo que se ajuste a sus necesidades y preferencias específicas, así como a la fisonomía de la persona discapacitada. La variante básica de esta silla cómoda de ducha es similar a una silla de ruedas para facilitar la labor de los cuidadores. Está equipada con reposabrazos y reposapiés giratorios para facilitar el levantamiento del paciente del asiento y su transporte. Este tipo de silla es muy manejable y, por tanto, no requiere mucho espacio para maniobrar.


Otro modelo es la silla cómoda de ducha con ruedas grandes, que se diferencia de una silla de ruedas convencional en que tiene añadidos que facilitan el uso del inodoro para discapacitados (cubo sanitario y tapa). Así, una persona limitada de cintura para abajo puede utilizar esta silla de forma independiente, siempre que sus manos sean lo suficientemente fuertes.


También existe una versión basculante de la silla cómoda de ducha (útil, por ejemplo, para lavarse el pelo), de nuevo con reposapiés y reposabrazos móviles para facilitar la entrada y salida del paciente, y con una abertura para el inodoro, con cubo y tapa.

¿Qué más hay que tener en cuenta a la hora de amueblar un cuarto de baño para discapacitados?

No basta con equipar el cuarto de baño con determinados dispositivos y accesorios. Para facilitar su uso por usuarios de sillas de ruedas, también deben tenerse en cuenta aspectos de diseño y construcción. Los interruptores de la luz, los toalleros, los espejos, los lavabos, etc. deben colocarse a una altura suficientemente baja en relación con la norma. Todo ello debe ser fácilmente accesible -literalmente- desde una posición sentada, para que una persona en silla de ruedas pueda utilizarlo con normalidad.


Los umbrales de entrada al aseo o al cuarto de baño también deben adaptarse a las necesidades de los usuarios de sillas de ruedas: las ruedas no deben resbalar en el umbral y la altura (y la forma) del umbral debe permitir que la silla de ruedas lo atraviese con relativa facilidad. Para ello, se pueden utilizar, por ejemplo, cuñas de goma, que no sólo tienen una superficie antideslizante, sino también un perfil que facilita mucho el paso por el umbral. Las rampas de este tipo pueden adaptarse fácilmente a las necesidades individuales. Al ser de caucho, pueden cortarse fácilmente a cualquier longitud.